lunes, junio 25, 2007

Carajo... - Número 1

Carajo... Vaya que me es difícil escribir, al menos en mis condiciones actuales. El televisor berreando justo detrás mío, mi hermano interrumpiendo a ratos, el ruido de la calle -que a veces es más y a veces es peor-, la luz del día que pega en el monitor y no me deja ver bien lo que estoy tratando de escribir, y un sinnúmero de fenómenos insignificantes por sí solos, pero que juntos conforman un gran fenómeno insignificante que llega a ser fastidioso, y mucho. Y sumado al hecho de que me distraigo el 999.9% del tiempo mirando pendejadas en la red, entre blogs, páginas de minijuegos en flash, vídeos en Youtube o similares, revisión un poco obsesiva del correo y un poco de MSN, puedo ver que sí, que efectivamente me es difícil escribir, al menos en mis condiciones actuales. Se que ya dije en las primeras líneas eso de que me es difícil escribir, pero como me es tan, pero tan difícil, lo reitero, como una forma de recordármelo, y no sólo para ese propósito, sino también para saber que si sigo escribiendo a pesar de lo difícil que es, puedo estar seguro de que estoy haciendo algo por mi quimera, léase utopía. Mi sueño de poder escribir algo que se quede un buen rato en la mente de cualquier persona, si es más de una, mejor. Mi quimera es escribir algo que no sea un éxito del verano, como pasa con la Máquina del Mercado de la Música, sino que dure un poco más, digamos unos 60 veranos. Porque si de algo me he dado cuenta es que en mi actualidad (quizá en un futuro eso cambie) quiero ser conocido, apreciado, publicado... deseos casi imposibles, ¿No? bueno, de ahí mi quimera. No espero un reconocimiento inmediato: mis letras aun no pasan de mediocres. Así que no tengo afán. Espero ser reconocido a mediano plazo, signifique lo que signifique. Tengo, sin embargo, una opción a corto plazo: si lo que escribo me gusta, ya le gusta a alguien... será una perogrullada, pero saber eso podría servir de algo. Evitaré el afán, tal y como he dicho. Poco a poco el bodoque que tengo por párrafo se irá separando en partes más concretas, mi estilo se irá puliendo con ayuda de la lija de una buena crítica, mi coherencia mejorará, y todo lo que quiera decir podré ponerlo en el papel, tal y como lo imagine. Por ahora, y para ser fieles a eso de mantener la calma, hasta aquí llego, porque que sé muy bien en que este ladrillo la coherencia hace rato que se fue a su casa. Ni yo se lo que ya estoy tecleando. Me voy a dormir.

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