sábado, mayo 31, 2008

Lo que me de la gana

He dejado a la deriva a este pedazo de bits tantas veces que ya no importa si me disculpo o no. ¿Para qué hacerlo, si no hay un sentimiento de culpa suficiente como para retomar en el acto la tarea de escribir aquí? Pienso que, aunque conviene mucho el pedir disculpas a los efímeros lectores, en caso de que en algún instante de sus vidas el hecho de no encontrar nuevas entradas en este blog les resultara ofensivo, ésas disculpas corren el riesgo de no lograr el cambio, así que se quedan por ahí, esperando el momento en el que se conviertan en disculpas efectivas, en las Súper-Disculpas que salvan al mundo de momentos incómodos, aun sabiendo que jamás llegarán a ver la luz. Sencillamente he decidido hacer lo que me de la gana con este blog, aunque supongo que eso es lo que he venido haciendo en todo este tiempo. Hehehehe, qué bien eso de tener un medio con tanta libertad... sé que no es total, que varios bloggers han posteado temas censurablemente sabrosos y han perecido para la atarraya por decir lo que querían; aun así, tener un blog es una experiencia de libertad muy estimulante. Tengo la libertad de escribir lo que quiera, dejarlo sin correccicones, ponerle los colores que quiera a la plantilla y postear mil veces en un día o abandonar el blog, dejarlo a la deriva. Saber que se puede hacer todo eso es enriquecedor, digo yo. Si no están de acuerdo, les encargo un rábano, que no he visto uno. Nos vemos, de pronto posteo algo en estos días, o hasta que se me pase la euforia de la sensación de libertad bloguera...