viernes, febrero 12, 2010

Infierno incómodo

A veces escribir aquí es una molestia. Un infierno, y además incómodo, no sobra decir, por más obvio e inferible que sea el hecho de que un infierno de cualquier religión es, por conveniencia y defecto, y además de muchos otros calificativos, un lugar en extremo incómodo. No sobra decirlo, porque ése es el motivo por el cual escribir aquí es un infierno. Porque es incómodo. y además odioso.

Me explico. Y en verdad que quiero explicarme, aclarar un posible malentendido o pensamiento erróneo acerca de mi afirmación inicial, pues aunque se muy bien que he dicho que poco me importa lo que el lector o lectora piense de mis entradas, se por otro lado que debo admitir que a veces me importa un poco lo que el lector o lectora piense de mis entradas. Así de simple, por ahora.

Ahora viene la explicación, que llega rápido, considerando que quien escribe es hombre de buena voluntad para retrasar, a punta de pseudoneologismos, rodeos verbosos y flojos chascarrillos, la llegada al grano en las entradas que redacta, por puro placer, o por placer puro, como se quiera. Y llega rápido por la sencilla razón de que esta vez debo ganarle al olvido a corto plazo y a la deficiente concentración que a veces padezco (y que pareciera saber el momento 'adecuado' para ser deficiente, menuda carajada), que hacen que haya desviado mi atención en consultar el significado de la palabra chascarrillo y en buscar un par de pastillas de Mareol en mi maleta pero que debo haber extraviado hace más de una semana. Como ven, un complemento adecuado para mi infierno incómodo: las mariposas constantes de la distracción.

Quien tenga y administre un blog conoce la página en la que ha de meter todo su letrerío, la página de la creación y edición de entradas. Esta ventana contiene una cajita en la que se redacta, y viene acompañada de herramientas básicas de procesamiento texto, así como opciones de edición de HTML y otras pendejadas. Las herramientas de procesamiento de texto no me molestan, aunque me habría gustado que Blogger ofreciera más opciones, y aunque a veces he tenido problemas con scripts que no entiendo, por lo general la opción de HTML no me produce mayores dolores de cabeza, además de que es una herramienta que me será de utilidad, en cuanto le encuentre alguna claro. Las otras pendejadas son complementos que no sobran, y que siempre están ahí, pacientes y en actitud de tranquila espera hasta que sean aprovechadas.

Pero es la cajita inmunda la que me produce ganas de jalarme los pelos de la nariz. Y sin enunciar grito alguno.

Maldita cajita despreciable.

Me detengo un momento y la contemplo, para ver qué pasa con ese mínimo (aunque suficiente) infierno que tengo que soportar. Y aparecen, como es comprensible, preguntas como spam.

¿Por qué carayes la cajita está al lado izquierdo de mi monitor, en lugar de aprovechar todo el espacio del mismo? ¿Por qué no puedo moverla?

¿Por qué diantres el cursor se va 'descalibrando' en cuanto va llegando a la parte derecha de la cajita, haciendo difícil la edición?

¿Por qué pústules esta cajita es tan insoportablemente pequeña, y peor aun, sin posibilidades de expansión?

¿Por qué cáspitas esta cajita estúpida no me permite publicar una entrada cuando importo el texto desde el caótico Word 2007, y arroja en su lugar una serie de insultos en forma de notificación de errores de script?

¿Por qué maldivisiones la palabra entera se borra cuando selecciono y sombreo con el puntero sólo una parte de la palabra que quiero borrar?

¿Por qué molestancias los métodos abreviados de teclado de esta cajita tonta (porque esta cajita sí que es tonta) son tan molestos y tan deseosos de que uno meta el dedo en la tecla equivocada al tratar de usarlos, ocasionando desastres chiquitos e irritantes, como los perros chihuahua?

¿Por qué multimanías la vista previa es tan desconsideradamente incorrecta, y casi nunca es un reflejo de la realidad futura de la forma de la entrada?

¿Por qué awqsrgrfxgves la inclusión de imágenes en la cajita causa, mayoritariamente, dolores de cerebro y asfixia en la redacción, cuando sólo trato de acomodar su tamaño y ubicación entre los párrafos?

¿Por qué cadaverbes se borra la palabra siguiente cuando selecciono y sombreo la palabra anterior completa con el objetivo de borrar sólo la que he seleccionado?

¿Por qué, de repente, lo que estoy diciendo lo voy encontrando caótico y enredado? ¿Será porque en verdad estoy en un infierno incómodo?


¡Y entonces qué otra cosa iba a ser, carajo de los carajos!


Lo triste y obvio de todo esto: Sin esa incomodidad infernal, probablemente no habrían entradas de mi parte. Tal vez me guste maltratarme cuando escribo, pensando que de pronto así me sale alguna escritura sana de los dedos. O tal vez... sólo sean ganas de ser terco. Y de alimentar mi terquedad al no partir de Blogger y seguir escribiendo en esta cajita insufrible, porque de todos modos es mi infierno. Y no se si querré compartirlo algún día. Por eso, con comentarlo y llenarlo de preguntas sin querer una respuesta me basta, al menos por ahorita.




Ahh, como me empeño en joderme, en mi infierno incómodo.